Hacia tanto frio aquel 24 de marzo, frio, lluvia y miedo…
Ela sintió que se quedaba sin respiración y era como si una carcajada malévola saliera de sus entrañas oprimiéndole el pecho, la cara y las manos..
Dio un suspiro. Si hubiese podido mirarse a ella misma, hubiese visto que estaba llorando, que todo a su alrededor se estaba apagando y que sus mejillas se estaban volviendo grises..
Ninguna de las 24.000 personas que iban por la calle repararon en ella, ni si quiera lo hizo el niño que le había sonreído bonito por haberle dado una moneda, ni los señores que la veían cada día ir al hospital con su catéter y su maletín de pinturas, ni siquiera había reparado en ella el Sr. Thompson que como siempre estaba con su canon e 500 mirando por la ventana en busca de alguna sonrisa dulce, nadie, nadie reparaba en ella…
-Pi- sonó el típico timbre del semáforo y el muñequito verde del semáforo apareció. Siendo el el único que con su inexpresiva tristeza le decía adiós a ela, mientras ella caía a un mar de gente…
inconsciente derramando su pintura roja sobre el paso de cebras marcando con esa tinta roja una muerte que se había producido en sus entrañas al unisonó con la luz verde de su único testigo..
Bueno,esta es la segunda parte de un relato que ya escribi,y que creo que voy a hacer otra tercera...pero no se..
ah por cierto para quien quiera leerlo(la primera parte esta aqui : http://indefinidosmya.blogspot.com/
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